jueves, 21 de agosto de 2008

Los Ajustes De Cuentas

Editorial

Por:Elieser Cruz


Los síntomas fatales de la presencia del narcotráfico y la drogadicción se han hecho constantes, de múltiples formas, en la sociedad dominicana.

El ángulo más sangriento y bestial es el de los ajustes de cuenta entre los que se mueven en el negocio. La disputa por su predominio ha significado frecuentes tiroteos entre bandas o secuaces, secuestros, atentados y la misma delación de los implicados para que finalmente caigan en poder de las autoridades.

No hay miramientos, ni piedad ni barreras. Cuando entra en juego el beneficio y el control del negocio, los narcotraficantes desafían todos los límites y todas las dificultades para hacer sentir el peso de sus designios.

Del dominio autónomo e indesafiable de sus territorios, pasan a otra fase: la de ejercer todo tipo de coerción contra las autoridades y las instituciones mas representativas del Estado para penetrarlas, envilecerlas y ponerlas a su servicio, por las buenas o por las malas.

Ahí están, abundantes, los ejemplos de otras naciones que han sufrido el trance de vivir bajo un estado de violencia y terrorismo permanente, con muchas instituciones atemorizadas para actuar en su contra.

Por el ángulo del consumo, los adictos siguen creciendo en número cada día. Hasta menores de ocho y catorce años están inmersos en esta fiebre y desde temprano se entrenan en las artes del atraco o el homicidio para buscar dinero y comprar drogas.

Otros tantos se meten a "mulas" para transportar bolsas de cocaína en sus estómagos y llevarlas a otros destinos, no siempre con suerte.

Las cárceles se llenan de los implicados en una u otra variante del problema, y ese cuadro verdaderamente nos ofrece la imagen real y casi completa del estado de sumisión en que rápidamente ha caído la sociedad frente a este aberrante fenómeno.

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